viernes, 10 de mayo de 2013

¡Ay María, si no tenés calzón!

Mayo me recuerda una pasada que quedó grabada en la memoria de mi abuela y que siempre nos contaba con mucha gracia. Una pasada que, a pesar de haber sido la protagonista, no me acuerdo.
Cuando éramos niños, mi abuela acotumbraba llevarnos a mis dos hermanos y a mí a las flores de mayo, eran lo rezos a María que acotumbraban hacerse en las casas de algunas personas.
Lo curioso era que no siempre sabía en qué casa se realizaba el rezo, sino que nos guiábamos por los cohetes de vara que anunciaban una actividad religiosa.

El relato iba algo así:

Un día en la tarde nos fuimos a buscar a dónde iban a estar las flores de mayo, siguiendo el "cuete".
Y en eso comenzó a pringar y yo decía "Dios mío, se me van a mojar estos niños".
En eso que ibamos pasando ya por la calle para la línea (del ferrocarril) vimos que ahí estaba la gente, que ahí era el rezo.
Ya entramos y vimos que tenían a la virgen en el corredor.
En eso la Susy se me soltó de la mano y salió corriendo a verla y solo llegó a levantarle el gabán y dijo "Ay María, si no tenés calzón!
Y dice toda la gente a reirse y yo bien apenada. "Bicha esta más traviesa" decía yo.
Pero de ver que toda la gente se reía me puse a reir también.

El relato siempre terminaba diciendo: Vos solo me andabas poniendo pena, si eras bien traviesa.