miércoles, 16 de diciembre de 2015

Una diversión peligrosa: perder la vida por un volcancito

El pasado martes 15 de diciembre las autoridades del Sistema Nacional de Protección Civil informaron del lamentable fallecimiento de un niño de 8 años de edad, debido a la gravedad de las quemaduras que le causara un producto pirotécnico conocido en nuestro país como "volcancito".
El niño se encontraba sin supervisión al momento de encender el producto y la ropa que tenía puesta se incendió. Según datos de especialistas de cirugía plástica del Hospital de Niños Benjamín Bloom, sufrió quemaduras en el 50% de la superficie corporal y en las vías aéreas. Su estado fue tan crítico que falleció 24 horas después del incidente.
Pero no solo reportaron ese caso, sino que informaron de 19 personas lesionadas por manipulación de pólvora, 15 menores de 18 años de edad. En cuatro casos hubo amputaciones de dedos. Una niña está en cuidados intensivo por quemaduras graves.

Estos hechos, que generalmente se abordan en la medida que se acercan las festividades navideñas y de fin de año, reavivan la discusión de si se prohíbe o no la quema de pólvora por la población civil.
La ex ministra de Salud, María Isabel Rodríguez (profesional de la medicina, investigadora, docente y asesora de larga trayectoria) insistió durante su administración que debe prohibirse la quema de pólvora en el país; pero hasta la fecha eso no ha sucedido.
Las leyes lo que establecen es que en caso de lesiones en un menor de edad se sancionará a los padres y madres de familia que hayan permitido que los niños manipularan la pólvora o hayan sido negligentes en la supervisión. También se establece cierto tipo de productos prohibidos a la venta, como silbadores, buscaniguas, morteros arriba del #5, bombas de mezcal, entre otros.
Pero cada 24 y 31 de diciembre en la noche siempre se escucha el sonido característico de los silbadores, lo que significa que no se cumple la prohibición de fabricación y venta.

Ante esta situación, solo se hacen llamados de atención a que los padres sean más responsables en el cuido de sus hijos, para prevenir que resulten quemados. En algunos casos, la Policía hace decomiso de productos prohibidos, en medio de la inconformidad de los vendedores.

Aunque cada año surge la discusión sobre el tema, no hay avance en la prohibición, la cual está en manos de los diputados de la Asamblea Legislativa aprobarla o no. Nunca falta quien diga que no se puede prohibir porque hay personas que se dedican a vender y es una fuente de empleo y porque es una "tradición" el quemar pólvora para celebrar las fiestas de fin de año.
Es curioso que en el país se prefiera mantener una tradición tan peligrosa, con fines de diversión, en lugar de velar por la seguridad de las familias; además de la contaminación del aire que provoca todo el humo de la pólvora.
También en interesante ver cómo se da prioridad a quienes comercian productos pirotécnicos (¿acaso  lo que venden en cohetes en diciembre les alcanza para subsistir todo el año?)
Mantener la disponibilidad de pirotécnicos para la población solo "porque les gusta", "porque es bonito", "porque es una alegría para los niños", "porque es tradición" es solo una muestra de la poca importancia que le dan las autoridades respectivas a la seguridad de la niñez.
Y me parece que es una muestra de la mente retrasada que aún se tiene y que por eso la sociedad no logra progresar en otras áreas.

¿Cuántos niños más esperan que mueran y queden mutilados de sus miembros para que prohiban la venta y compra de productos pirotécnicos en El Salvador?




domingo, 6 de diciembre de 2015

Un café y una silla vacía

Alguien que aprecio me dijo una vez que la vida es muy corta para guardarse todo. Supongo que tiene razón, de vez en cuando hace falta abrir espacio.
No suelo decir mucho de mí misma, de mi yo interior, de la persona que piensa y a la vez filtra lo que va salir. Sí, una especie de editora y correctora de estilo al mismo tiempo.
La que está en su escritorio día y noche y se asoma a la ventana para ver lo que hay afuera. A veces sale, pero cuando lo hace no encuentra con quien conversar aunque lo procure, las agendas rara vez coinciden y no le queda más que sentarse a tomar una taza del café en medio del bullicio frente a una silla vacía. Regresa a su lugar con una mueca de sonrisa, que no importa porque nadie la ve de todos modos.
Es curioso, paso sola bastante tiempo y es tranquilo sí, relajante; pero no me acostumbro. Es difícil mantener una conversación con el silencio.
Por supuesto no falta quien diga que no hay que dramatizar, que disfrute de esta etapa, que soy dichosa, etc, etc; pero algunos consejos me suenan a reproche solo porque no tengo la misma percepción del tiempo individual.
Claro, su situación es diferente. O será que se arrepienten de algo y extrañan el silencio? No lo sé.
Lo que sí sé es que no puedo regir mi vida según los parámetros de otros, por muy buenas intenciones que tengan.
Prefiero la idea de que la vida es mejor cuando se comparte, tener algo qué contar, algo que ver, algo de qué reír y algo de qué llorar, algo por qué soñar; aunque de momento solo tenga un café, frente a una silla vacía.




miércoles, 2 de diciembre de 2015

Es grande su fidelidad

Sé que soy una cristiana mediocre, lo reconozco. Me pasa las de Marta "afanada y turbada estás con muchas cosas" (Lucas 10:41), afanada con el trabajo, con los quehaceres, con mis interrogantes, con mis decepciones y tantas cosas más.
A pesar de eso, mi Señor Todopoderoso es tan lindo que no me ha dejado, me fortalece y me ayuda; permanece fiel y cada día son nuevas sus misericordias.
Mi Padre celestial es amor y sabiduría ilimitada, que me apena tanto no corresponderle como es digno.
Pero mientras hay vida, hay esperanza. La realidad es dura y hay muchos retos, desafíos, metas, cambios, correcciones por hacer y cosas que aprender. Será costoso, lo sé, pero también sé que nada me separará del amor de Dios en Cristo Jesús.
"Y esto, conociendo el tiempo, que es ya hora de levantarnos del sueño; porque ahora está más cerca de nosotros nuestra salvación que cuando creímos"
Romanos 13:11

https://youtu.be/FZBo1jEJnb8


domingo, 13 de septiembre de 2015

Aprendiendo del silencio

El sonido de una constante gota que cae del techo sobre un plástico se apodera de mi atención en la noche.
La habitación en penumbras solo me hace pensar en la ilusión que ya se fue. Otra que no alcancé.
La gota se hace menos constante hasta que deja de caer.
El silencio solo lo interrumpe mi propia voz cuando pregunto "¿por qué?"
Todo era más fácil cuando las respuestas estaban en mi interior. La pregunta se repite y no hay razón que me explique mi situación.
Me doy cuenta que hay que reparar lo que se rompió, restaurar lo que se dañó sobre la cicatrices que ya había. ¿Qué hacer?
Ya probé lo que no soy y me decepcioné. No llenó mi expectativa.
El silencio sigue hasta que el viento mueve una rama y una hoja cae sobre el techo.
Sé lo que tengo que hacer, aunque me resista a aceptarlo. Pero, ¿por qué?
El sentimiento no es nuevo. Necesito refugiarme en la distancia hasta que pase esta tormenta. ¿Me extrañará el relámpago cuando su luz alumbre mi lugar y no me vea más? Temo que no.
Pero eso no debe detenerme. El amanecer llegará y el aire fresco renovará mi fuerzas. Llegó la hora de enfrentar los temores como si tuviera todo y nada que perder.


viernes, 21 de agosto de 2015

Modificación de la ruta 117. Mi odisea personal

Desde hace una par de semanas la ruta AB117, de Aguilares a San Salvador, anunció por medio de cartelitos en las unidades que el recorrido había sido modificado y que ya no llegarían a la terminal de oriente.
Específicamente decían: llegando a la caseta, pasando por el INFRAMEN, Terraza, parque Centenario, retornando al redondel La Isla e incorporándose nuevamente a la Troncal del Norte.

Desde que lo supe, además de pensar en hacer una nota de eso, me puse a pensar que también modifica mi ruta de traslado desde Aguilares hasta Santa Elena, en Antiguo Cuscatlán.
Mi ruta normal es llegar a la terminal y caminar hacia la gasolinera que está casi enfrente para abordar la ruta 34 que va a Santa Elena. Fácil, no rápido porque esa ruta es super ultra mega lenta. A veces la 117 tardaba hora y media en llegar a la terminal (cuando se supone debe hacer una hora) y esa ruta hace de una hora a una hora y cinco minutos hasta Santa Elena. Con tráfico pesado, he llegado en 3 horas!

Y ahora con el cambio, qué opciones tengo?
Vamos a ver.

Opción 1. Bajarme de la 117 en la caseta o en la 29 calle si se puede (Terraza) para abordar la ruta 3, bajarme en la UES y tomar la MB 44. Eso significaría hacer un trasbordo más, ya no gastaría $0.70, sino $0.95. Además, tendría que invertir más tiempo, ya que de Aguilares a la caseta se hace una hora, con suerte, o hora y 10 minutos según el tráfico. De ahí a la UES, 20 minutos y de la UES a Santa Elena aproximadamente 50 minutos y si hay tráfico pesado en el bulevar de Los Próceres tarda más. Pero digamos que sería 2 horas y 20 minutos. Problema es que la 44 va llena.

Opción 2. Bajarme en la parada por El Diario de Hoy y abordar una ruta AB52 a metrosur y de ahí abordar la MB44. Lo mismo, gastaría $0.95. Pero en esa parada la 52 ya va llena. Si uno no logra llegar hasta la puerta en lo que llega a metrosur se corre el riesgo de que me baje hasta el Salvador del Mundo. Y si me logro bajar, está el problema que cuesta mucho abordar una 44 en esa zona. Hay más usuarios que la abordan ahí y toca que esperar que pase otra para poder abordar. De tiempo, sería como 2 horas y media para llegar, sin contar tráfico pesado.

Opción 3. Bajarme en la parada del parque Centenario y caminar por la 10a avenida hasta la 4a calle oriente para abordar la ruta 34. Caminar 6 cuadras en el centro?! no, mejor no.

Opción 4. Bajarme en el parque Centenario y abordar el SITRAMSS. Pagaría $0.50 de la 117 más $0.33 del SITRAMSS y si me bajo en metrosur los $0.25 de la 44 suman $1.08; pero volvemos al problema de la 44.

Opción 5. Bajarme en el parque Centenario, abordar el SITRAMSS y bajarme en el Salvador del Mundo. De tiempo tal vez llegue más rápido, digamos que en unos 20 minutos. De ahí tendría que abordar alguna ruta 101 ó 42 para bajarme en La Gran Vía, otros 20 minutos si no hay tanto tráfico y cruzarme la pasarela y tomar una 34 ó 44 al inicio del puente de Santa Elena para llegar a La Prensa, digamos 10 minutos. Gastaría $1.23 ó $1.28. Digamos dos horas y 15 minutos. O caminar desde ahí hasta LGP (ya lo he hecho y cuesta) #OkNo.
Ah si, es solo la ida, la vuelta es otro lío.

Opción 6. Alguien sabe si alquilan o venden algún apartamento bueno, bonito y barato, de preferencia por Antiguo Cuscatlán o Santa Tecla??

domingo, 2 de agosto de 2015

Sobrevivir a la infancia es un milagro

Dicen que la infancia es la mejor época de la vida, cero preocupación, cero deudas y te dedicas a jugar y estudiar.  Los errores cometidos son hasta admisibles porque los haces con inocencia o ignorancia. Son los padres los que se preocupan de que aprendas a hacer las cosas bien, de educarte y protegerte.
Sin duda una etapa maravillosa... o hasta que te das cuenta de todos los riesgos que corriste en esa peligrosa inocencia y un día -como este en mi caso- llegas a pensar que estás vivo e ileso de puro milagro.

Cada quien tiene sus propias anécdotas de infancia que son verdaderas historias. Hoy me recordé algunas de mis hermanos y mías.

Contaba mi mamá que una vez llegó mi hermano (cuando era muy pequeño) preguntando si había visto el martillo. Ella preguntó para qué lo buscaba. Respuesta: es que la niña va a ser la dolorosa (En esos días habían pasado las procesiones y vieron que las imágenes tenían una rueda de metal en la cabeza). Mi hermana (más pequeña que él) estaba detrás deteniéndose un plato y un clavo grande y largo en la cabeza. (Sí, él se lo iba a clavar, para eso quería el martillo).
Uff tarea la de mi mamá en explicarle que eso no era bueno.

Otra vez, mi mamá pasó frente a la refrigeradora y vio todo afuera. Comenzó a llamar: Martincito, Claudita. "Aquí stoy" dijo ella (sí, ella estaba dentro de la refrigerafora).

Otra ocasión, que al parecer era de madrugada porque mis papás ya se habían levantado, mi hermano vio que estaba oscuro y decidió encender una vela. Y para que la luz no me molestará (tan lindo él), la puso debajo de mi cuna. Por suerte no al centro sino a un lado y se quemó una caja de juguetes. Claro que el tronar del plástico quemándose alertó a mi mamá y con una colcha mojada apagaron el fuego.

Como cuatro años después, recuerdo que un día una de las panaderas que trabajaba en mi casa también había planchado la ropa y dejó la plancha en el suelo para que se enfriara.
Mi hermano me dijo que la tocara. Recuerdo perfectamente caminar hacia ella con mi mano extendida... pero no recuerdo qué pasó en ese instante, está borrado, recuerdo que después iba caminando de la mano de una de las panaderas y me veía la mano llena de pomada.

Hubo un tiempo que hacían las tortillas y pupusas en comal. Una vez, jugado de pasar bajo los leños que salían del comal, justo en el momento en que sacaban una pupusa, mi hermana se cruzó y le cayó en la cabeza (ouch).

Mis hermanos estaban jugando de saltar en la cama de mi papá, tomados de las manos. Él la soltó y ella cayó al piso. Se safó un brazo.

Otra vez, en casa de mi abuela, mi hermano estaba arreglando su bicicleta y jugaba de hacer girar la llanta y meter y sacar el dedo entre los rayos de la misma. Me dijo que lo intentara. Metí el dedo índice derecho, no lo saqué con sufiente rapidez (Fue horrible).

Ah sí, las advertencias de "niños no hagan esto en casa" no son por gusto. Hace años pasaban películas de Kung fu en la tarde. Nos encantaban. Uno de esos días, mi hermano y yo jugamos a que eramos los personajes. Él no me pegó, solo me tiró el gato y me arañó bastante feo (pobre gato, también sufrió).

A todo esto se agrega las indigestiones por combinaciones alimenticias insanas (nunca mezclen coca cola con uva y colashampan, sabe feo. Ni hagan paletas de azucarada =P).

Todo eso pasó cuando mis papás no  estaban, por supuesto. Ellos no nos hubieran dejado hacer nada de eso.

A medida que escribo recuerdo más, pero creo que es sufiente para dejar claro el punto inicial. Hoy me río pero creo que de veras que sobrevivir a la infancia fue un milagro.
Me río y extraño esa etapa, en especial porque mi hermano estuvo en casi todas esas locuras. Me habría gustado recordarlas y reírnos juntos.
Ahora solo me quedan sus recuerdos y espero que en un futuro nos volvamos a encontrar.
Un abrazo hasta el cielo mi hermano.


jueves, 30 de julio de 2015

Trata de personas, comerciando con la vida

Una oferta de trabajo que parece buena, dentro o fuera del país, puede ser solo un espejismo. En muchas ocasiones es el gancho utilizado por las redes de trata de personas para conseguir más víctimas. Prevenirlo es urgente y es una tarea de todos. 




El Protocolo para prevenir, reprimir y sancionar la trata de personas, especialmente mujeres y niños, que complementa la Convención de las Naciones Unidas contra la Delincuencia Organizada Transnacional, en su artículo 3 define como trata de personas “la captación, el transporte, el traslado, la acogida o la recepción de personas, recurriendo a la amenaza o al uso de la fuerza u otras formas de coacción, al rapto, al fraude, al engaño, al abuso de poder o de una situación de vulnerabilidad o a la concesión o recepción de pagos o beneficios para obtener el consentimiento de una persona que tenga autoridad sobre otra, con fines de explotación. Esa explotación incluirá, como mínimo, la explotación de la prostitución ajena u otras formas de explotación sexual, los trabajos o servicios forzados, la esclavitud o las prácticas análogas a la esclavitud, la servidumbre o la extracción de órganos”. Este delito puede suceder incuslo dentro del país de origen de la víctima.

Según en Informe Mundial de Trata de Personas 2014 de la Oficina de Las Naciones Unidas contra la Droga y El Delito (UNODC) “el delito de trata de personas afecta a prácticamente todos los países de todas las regiones del mundo. Entre 2010 y 2012 se identificaron víctimas de 152 nacionalidades diferentes en 124 países de todo el mundo”.

Las víctimas de trata de personas son tanto hombres como mujeres y menores de edad. “Las mujeres representan la gran mayoría de las víctimas detectadas que fueron objeto de trata con fines de explotación sexual. En lo relativo a las víctimas de la trata con fines de trabajo forzoso, aunque los hombres constituyen una importante mayoría, las mujeres representan casi un tercio de las víctimas detectadas”, explica el informe.

En América el 48% de casos es de explotación sexual, el 47% de trabajo forzoso y el 4% son otras formas de explotación. Entre 2010 y 2012 se detectó que el 68% de víctimas de trabajo forzoso eran del sexo masculino y 32% femenino.

El informe indica que en el periodo de 2010 a 2013 se detectaron 285 víctimas de explotación sexual, cinco víctimas de trabajo forzado y una extracción de órganos en El Salvador.

El 8 de junio de 2015 la Fiscalía General de la República (FGR) informó que dos mujeres fueron condenadas a seis años de prisión porque por varios meses mantuvieron cautivas y sometidas a explotación sexual a dos adolescentes de 16 y 17 años de edad, en un centro nocturno ubicado en Zacatecoluca, La Paz.



https://www.youtube.com/watch?v=4E1vIbuWJ0U&feature=youtu.be

jueves, 23 de julio de 2015

“MUJER TENÍA QUE SER” Las palabras con que aprendemos

Es interesante ver cómo el lenguaje difiere según el contexto, es decir, cuando se desarrolla entre grupos de hombres, grupos de mujeres y grupos de hombres y mujeres.
Crecemos con un tipo de lenguaje sexista y es aceptado porque se ha naturalizado. Hay expresiones que se dicen en diferentes ámbitos y estratos sociales. Por ejemplo, los chistes sexistas de doble sentido, los expresan tanto hombres de cargos ejecutivos como los que desempeñan trabajos de servicios.

Como indica el instrumento pedagógico “De Tal Palo, Tal Astilla. Estrategias en masculinidades para la Equidad” del Ministerio de la Mujer de República Dominicana: “Con las expresiones coloquiales, callejeras, informales y lúdicas, especialmente las referidas a los aspectos de la sexualidad, la valoración de los géneros, los roles asignados a mujeres y hombres, situaciones como el ganar y perder, aprendemos mucho sobre género y sobre aquello que el modelo hegemónico de masculinidad valora y lo que descalifica”. 

En el modelo hegemónico se le permite al hombre expresarse de forma denigrante y humillante hacia las mujeres y que ellas deben aceptarlo y no reclamar. En El Salvador es común escuchar frases denigrantes para las mujeres, como por ejemplo una que dice “mujer tenía que ser”, aplicada en diversas circunstancias en las que se busca resaltar los errores cometidos por alguna mujer.

Cuando es un hombre el que invade el carril o hace un giro indebido pueden pitarle, cuando se trata de una mujer además de pitar agregan la frase “mujer tenía que ser” para dar a entender que las mujeres no saben conducir.




Aunque hay una ordenanza sobre los piropos ofensivos, muchos hombres continúan lanzándolos. Es común que a la mujer le griten desde los vehículos “mamasita” o “rico eso mami”, claramente haciendo alución a su cuerpo. Entre los hombre se gritan “cuñado, cuidame a mi novia”.


Y de esa manera abundan muchas expresiones sexistas que reducen a la mujer a puro objeto sexual y como un ente sin capacidad racional o que solo debe atender el hogar. Como ese chiste que dice que “aumentar los derechos de las mujeres es hacerle más grande la cocina”.

El lenguaje es parte importante en la consolidación del modelo de masculinidad hegemónica. Que los hombres digan chistes de doble sentido o hablen entre ellos de los atributos físicos de las mujeres se considera “normal”. En cambio, si los dice una mujer se le califica de “vulgar”.

¿Que qué es masculinidad hegemónica?
Primero hay que dejar claro que el género es la construcción cultural de lo considerado propio de cada sexo. En nuestro contexto cultural existe el género femenino (lo propio de las mujeres) y el género masculino (lo propio de hombres).

“En el modelo hegemónico, las mujeres son interpretadas y construidas como con poder menor, inferior, débil, suave, limitado. Los hombres son construidos con poder mayor, superior, fuerte, duro e infinito”, según el documento "Generacción, justicia de género, plataforma regional, masculinidades", del centro Bartolomé de las Casas.

Óscar Vázquez Martínez en el artículo “Género hegemónico y cultura, el modelo de masculinidad en la cultura popular” expresa que: “las sociedades occidentales han sustentado su base social en una división sexual del trabajo que ha significado la denigración de las actividades asignadas a las mujeres. Esta devaluación desembocó en un principio en la exclusión de las mujeres de los grupos hegemónicos, convirtiéndolas, en el mejor de los casos, en grupos auxiliares de su propia clase social, lo que provocó la cosificación de la mujer y la creación de un modelo de género dominante que sustenta el poder hasta extremos despóticos y dictatoriales”.

¿Que suena exagerado?
Dicho de esa forma tal vez, pero el documento Generacción también nos indica que la masculinidad hegemónica actúa “delicada e inteligentemente, de maneras sutiles,casi imperceptibles y por ello muy efectivas, que tocan incluso nuestros sueños,nuestras alegrías y la manera como vemos nuestro ambiente”.
Ejemplo:La revista WAPA publicó en su sitio web el artículo “Cuanto más inteligente es la mujer más le cuesta casarse, afirman estudios” (http://www.wapa.pe/sociales/2015-07-15-cuanto-mas-inteligente-es-la-mujer-mas-le-cuesta-casarse-afirman-estudios)

Cuántas veces no hemos escuchado la idea de que el día de la boda “es el día más importante en la vida de una mujer”, superado tal vez el día que se convierte en madre.

Pues dicho artículo dice que “el estudio hecho por varias universidades inglesas (no dice cuáles) revela que las mujeres tienen un 40% menos de probabilidades de casarse si son exitosas o tienen estudios universitarios o posgrado”. (Más de 30 años y profesional, dos puntos en mi contra según el modelo hegemónico. Con razón sigo soltera).

En estos casos el cuento de la princesa que se casa con su príncipe no funciona. Mientras más se sale de la línea de la subordinación, se aleja del “sueño de toda mujer” de contraer matrimonio.
Ah y también agrega el artículo: “Resulta que ellos suelen elegir a sus compañeras de toda la vida que correspondan a su idea de madre, es decir que los apoyen en la casa mientras ellos salen a trabajar” (menos mal que sé cocinar, un punto a mi favor).

Esto corresponde a los cuatro mandatos de la masculinidad hegemónica presentados por el antropólogo David Gilmore: Protectores, Proveedores, Procreadores y Autónomos.
Como dice el documento del Centro Bartolomé de las Casas: “es relativamente fácil tachar a algunos varones de machistas porque se les ve muy identificados con las características físicas y emocionales, con algunos roles sociales y rasgos de identidad que el modelo valora, pero es más difícil observar ese machismo cuando está en uno mismo y cuando ha tomado formas elegantes de operar, de tal modo que actúa impunemente”.

El lenguaje que usamos, por ejemplo, es uno de esos factores que pasan desapercibidos, en especial cuando seguimos tolerando la frase despectiva “mujer tenía que ser”.

viernes, 22 de mayo de 2015

Lástima que no existimos

Los caminos no se juntaron, los destinos no se entrelazaron. Tú y yo no existimos, no existe un nosotros.

Habríamos hecho historia, nuestra historia. Habría sido una experiencia maravillosa compartir lo que somos, quienes somos.

Habría conocido lo que te hace reír, lo que te hace enojar, lo que te entristece y lo que te regocija. Nuestras miradas no serían extrañas sino que serían nuestro lenguaje y sabríamos cuándo una sonrisa es una invitación a la cercanía.

La amistad habría sido nuestra cómplice para encontrar los tornillos que ya perdimos o para aflojar algunos más. Y esa sería nuestra cordura sin importarnos que el mundo diga lo contrario.

Las tardes de lluvia habrían sido nuestro punto de encuentro y las gotas al caer la música de nuestros corazones. Las caricias de mis manos habrían sido tuyas y el calor de tu pecho habría sido mío.

Habríamos compartido lo que somos, quienes somos, habríamos hecho nuestra historia; pero tú y yo no existimos. Lástima.


viernes, 20 de febrero de 2015

Desde la ventana

La vida nos muestra tantos escenarios, personas, situaciones que es imposible no notarlas. 
Escuchas sonidos, ver pasar mucha gente de un lado a otro, lo que hacen parece interesante y te atrae, te asomas a la ventana y ves un mundo diferente y tienes ese deseo de ver más de esa vida; pero no buscas salir, sino entrar.

Vas caminando y te asomas a una ventana para ver más de cerca. Hay gente vestida con ropa formal, moviéndose rápido, hablando mucho,  haciendo algo que parece importante.  Te ven en la ventana y te ignoran una vez, te ven de nuevo de forma más detenida y te piden una opinión, se las das y te dicen "gracias".
Luego vuelven a lo que estaban, ya no te ven y sientes incomodidad, sabes que ese "gracias" lleva implícito un "eso es todo". Tienes que marcharte.

Hay más casas con ventanas abiertas. Otra llama tu atención, se escuchan música de fondo y risas, tiene muchos adornos de múltiples colores.
Te asomas y ves varias personas a la mesa, riendo, contando anécdotas. 
Te ven y te saludan, pero ninguno se levanta de la mesa. La conversación es amena, por momentos jocosa, divertida y te hace reír. Te ven, se ven entre ellos y ríen más fuerte. Ya no sabes si se ríen  contigo o de ti. De nuevo, esa incomodidad.
Dices que ya debes irte y algunos sólo levantan la mano haciendo un ademán de despedida, sin volver a verte.

Sigues caminando y encuentras otra ventana abierta. La luz es tenue, parece cálida y es atrayente.
Te asomas y ves un joven escuchando música con sus audífonos y los ojos cerrados. De pronto los abre y te observa, te regala una sonrisa reluciente y se mueve de su lugar hacia la ventana.
Inicia una conversación bastante amena, con mucha risa e historias. Te muestra sus discos de música favorita, toma uno y selecciona una pieza. Se pone los audífonos y levanta el pulgar en gesto de afirmación. Cierra los ojos y parece perderse su música. Sonríes y luego la sonrisa se desvanece, la música no llega a tus oídos. Incomodidad. 
Sientes que es momento de partir, te despides pero no se da cuenta. 

El camino se extiende hasta que ves otra ventana abierta. Te asomas y no ves colores vivos, no hay gente con ropa elegante, no hay música, no tiene mayor atractivo. 
Solo hay una vieja mesa de madera y dos sillas. Sobre la mesa un libro de pasta negra, gastado por el uso y los años. Percibes el aroma inconfundible de una bebida caliente.
Dentro hay un hombre de mirada cansada y manos ásperas que vierte el brebaje en dos tazas.
Te mira, sonríe y con su voz cálida te invita a pasar. 
Es en ese momento cuando te das cuenta que has llegado a casa.


miércoles, 21 de enero de 2015

El paseo en los buses del SITRAMSS

La prueba piloto del Sistema Integrado de Transporte del Área Metropolitana de San Salvador (SITRAMSS) inició este 21 de enero su etapa con pasajeros, de forma gratuita.

El recorrido de las unidades inició pasadas las 9 de la mañana, luego de las palabras de inicio de las autoridades del Viceministerio de Transporte (VMT) y de los empresarios de SIPAGO, en la estación FENADESAL, al mismo tiempo que cientos de personas hacían fila para obtener la tarjeta prepago y abordar las unidades de articuladas.



Más que por necesidad de trasladarse de un punto a otro -en el tramo que comprende el proyecto- las personas parecían más interesadas en "pasear" en las unidades articuladas. "Por curiosidad, para ver qué tan bien es el transporte", comentó Deysi Renderos.

El primer bus que salió en dirección de la estación del MQ (hospital Médico Quirúrgico) iba completamente lleno. No faltó quien sacara su teléfono celular o su cámara para hacerse fotografías en la unidad, incluyendo los miembros de la prensa que cubríamos la actividad.


Hubo flujo de personas en las estaciones del parque Infantil, FENADESAL y la estación provisional en el bulevar del Ejército, por la Plaza Soyapango, la cual estará habilitada mientras se concluye la terminal principal, que está en proceso de licitación (recordemos que quedó con 50.1% de avance y que el año pasado el Ministerio de Obras Públicas caducó el contrato con la empresa CYMIMEX por incumplimiento del mismo).




Al inicio de esta etapa solo la estación FENADESAL tenía instalados los validadores para la tarjeta prepago. Voceros de la empresa SUBES indicaron que también se instalarán en el resto de paradas, ya que en esta fase también se busca que los usuarios comiencen a conocer el sistema electrónico prepago.


La segunda fase del plan se desarrollará de 9 de la mañana a 3 de la tarde, con 10 unidades, hasta el 20 de febrero. A partir del 21 de ese mes el horario se ampliará de 5 de la mañana a 9 de la noche, con 20 unidades, hasta el 20 de marzo.

Del 21 de marzo en adelante, comenzarían a cobrar la tarifa, la cual aún no es informada por el Gobierno. "Lo que hemos explicado es que la tarifa está en un proceso de validación de cada uno de los costos operativos y cuando la tengamos la damos a conocer", expresó Nelson García, titular del VMT.


En el caso del problema de tráfico que hay en la alameda Juan Pablo II, el funcionario dijo que a partir del lunes 26 de enero algunas rutas de transporte colectivo ya no circularán por esa arteria (tramo del SITRAMSS) y regresarán a calles del centro capitalino. En 2011 esas rutas fueron sacadas del centro para descongestionarlo.

domingo, 4 de enero de 2015

No más mariposas

Era una mañana como todas, Jennifer se levantó temprano para regar su jardín, desayunar e irse a trabajar. Le alegraba ver las pequeñas flores desde la ventana de la cocina, llenas de vida con la luz del día. Y de vez en cuando alguna mariposa que se paseaba sobre ellas.
Llegó a su oficina temprano, como siempre, una ejecutiva de cuentas bastante efectiva.
Su jefe llegó temprano ese día, estaba en su oficina con un hombre que no había visto antes.
-Jennifer, ven un momento, por favor. Quiero presentarte a Leonard, nuestro nuevo jefe de diseño. Van a trabajar juntos, así que ayúdale a adaptarse.
-De acuerdo jefe, un gusto en conocerlo Leonard.
-El gusto es mío.
Sus ojos se encontraron al mismo tiempo que estrecharon sus manos.

Leonard fue a ubicarse en su oficina, al otro lado del pasillo donde estaba la de Jennifer, pero ambos podían verse, ya que ambos módulos tenían una ventana de vidrio junto a la puerta.
Desde ahí, él le sonrió y la saludó con la mano. Su mirada fue tierna y su sonrisa cautivadora, Jennifer no pudo evitar ruborizarse.

Llegó la hora de almuerzo, pero Jennifer nunca salía, siempre almorzaba frente a su computadora.
-Almorzamos juntos?
-Eh, pues, tengo trabajo, pero gracias.
-De acuerdo, otro día será.

Los días pasaron, pero no eran iguales. Jennifer podía sentir cuando Leonard la miraba, ella trataba de ocultar el rubor de sus mejillas atrás del monitor.
Recibió un correo de Leonard:
-Almuerzas conmigo hoy?
-Tengo trabajo, lo siento.
-Siempre dices eso. Por qué no sales alguna vez?  Conozco un buen lugar, está cerca.
-No estoy muy segura.
-Vamos, te gustará. Di que sí.
-No sé.
-Di que sí.  Di que sí.  Di que sí.
-De acuerdo, vamos.

Ella levantó su mirada y lo vio sonriendo. Esa sonrisa que la desconcentraba, que no se apartaba de su mente y de sus sueños.
Fueron a almorzar y conversaron bastante de trabajo, de sus vidas.
Regresaron a su oficina
-Gracias por el almuerzo.
-Gracias a ti Jenny.
Jenny, no la llamaban así desde niña. Eso le agradó.

Desde ese día, la hora del almuerzo era muy esperada y las conversaciones eran más frecuentes por el chat.

Jennifer se levantaba temprano cada mañana a regar su jardín. Estaba lleno de flores y cada día había más mariposas y contemplaba su revoloteo. No podía evitar pensar en Leonard y sonreír.
Tengo mariposas en el estómago, se dijo y se echó a reír.

-Buenos días, Leonard.
-Buenos días, Jenny.
-Cómo estás?
-Más o menos.
-Y eso por qué?
-Estoy atrasado con unos gráficos y tengo que ir por unas impresiones antes de las 4 y no creo que logre hacerlo.
-Si quieres yo puedo ir por ellas.
-De verdad? No te molesta?
-Para nada, es un placer ayudarte.
-Oh Jenny, te lo agradezco, eres muy linda.

Jennifer se apresuró y regresó antes de la hora de salida.
-Aquí están.
-Jenny te lo agradezco, eres lo máximo.
-Por nada. Este, eh, yo me preguntaba si quisieras tomar un café conmigo.
Él la miró fijamente, sonriendo.
-Claro que sí.

Salieron esa tarde y conversaron hasta noche. Ella tomó un taxi a casa, se sentía feliz. De nuevo, sentía mariposas en el estómago.
Esa noche, Jennifer pensó si sería conveniente decirle a Leonard que le gustaba. Tal vez yo también le guste -pensó-, le invitaré a almorzar y se lo diré.

La siguiente  mañana se levantó temprano a regar su jardín y ver las mariposas.
-Hoy es el día,  dijo.

Llegó a la oficina temprano, Leonard no había llegado. Media hora después recibió un correo de Leonard.
-Buenos días, Jenny. Puedo pedirte un favor? Necesito que me ayudes a traer unas impresiones nuevamente. Me ayudas?
-Claro, no hay problema.
-Gracias,  eres muy linda.

Jennifer fue a traerlas y esperaba regresar a la hora del almuerzo, pero las impresiones tardaron más de lo que esperaba. Almorzó en una cafetería cercana y regresó a la oficina.
Cuando llegó fue hacia la oficina de Leonard y él no estaba.
-Estará en una reunión,  pensó.
Fue a su escritorio y tomó unos documentos que necesitaba copiar. Se dirigió al cuarto de fotocopias, la puerta estaba cerrada, abrió despacio y vio a Leonard besando a otra mujer, la secretaria del jefe. Ambos se separaron al ver que alguien abrió.
-Jenny?
Ella no quizo ver más y se fue.

-Soy una tonta!
No pudo contener las lágrimas mientras apretaba su pañuelo, sentada en el sofá. Lloró toda la noche.

A la mañana siguiente, no regó su jardín. Salió al patio y vio las mariposas.
El dolor apretaba su pecho, ahogaba su voz y las lágrimas brotaban de nuevo.
Se llenó de ira contra sí misma por haberse ilusionado con un hombre y sintió más irá contra las mariposas.
-Váyanse! Largo de aquí!
Comenzó a arrancar las flores y patearlas y abanicar los brazos para ahuyentar las mariposas. No quería verlas más.

Ese día llegó tarde a su trabajo. Se ocultó detrás de su computadora y no habló con nadie. Así pasó unas semanas, evitando los ojos café de Leonard. Tratando de concentrarse sólo en el trabajo, saliendo tarde.

-Jennifer,  ven por favor.
-Dígame jefe.
-Quiero decirte algo. Veo que no has tomado tus vacaciones anuales y te noto rara esta semana. Así que, debes tomar tus vacaciones.
-Vacaciones?  Pero tengo mucho trabajo, la presentación de una cuenta importante es esta semana.
-Lo sé, pero estás distraída y no quiero que la presentes así.
-Jefe, yo puedo hacerlo.
-No. Te lo digo claramente, vete de vacaciones.

Jennifer salió temprano ese día.
-Y qué rayos voy a hacer estos días?
Se fue caminando a casa, caminando distraída.  En la ruta se topó con un estante de estampillas y promocionales de viajes. Se le ocurrió que sería bueno salir de viaje. Ese mismo día compró un boleto para un tour de playa.
Se fue al siguiente día, temprano.
Regresó una semana después, el sol y el mar le ayudaron a olvidar a Leonard. Pero cuando llegó a casa, su recuerdo le asaltó como si la estuviera esperando para atormentarla de nuevo.
De pronto, tocaron el timbre de la puerta. Era Lisa, su mejor amiga que venía de visita.

-Lisa!
-Amigaaa, cómo estás?
-Eh, bien. Pero por qué no me avisaste que venías?
-Lo hice, te dejé como 100 mensajes!
-Oh, lo siento. Es que estuve fuera, de vacaciones.
-Qué?  Tú, la adicta al trabajo de vacaciones? Eso sí está raro. Dime qué te pasa?
-Cómo que qué me pasa? Estoy bien
-No mí amiga, te conozco, algo te pasa.

Jennifer no tuvo más opción que relatar todo lo que le sucedió.
-Ay corazón!  Lo siento mucho.
-Gracias Lisa. Me siento triste y no sé qué hacer.
-Amiga, no tienes que sentirte mal. Eres una mujer especial, inteligente,  bella, siempre honesta y siempre con integridad. No dejes que esto te afecte.
-Realmente,  no siento que yo sea todo eso.
-Pero claro que sí!  Eres una mujer especial. Tú confía en Dios, él te ayudará.  Ese tipo no era para ti, pronto conocerás a alguien más.
-Más mariposas? No las quiero.
-De qué hablas?
-Nada, yo me entiendo.
-Vamos, salgamos de aquí.

Ese día, Jennifer se divirtió. Recordó lo feliz que se sentía al hablar con su amiga y se dijo que quizá sería  posible olvidar lo que pasó.
Pero aún tenía que enfrentar a Leonard y su mirada cuando regresara a la oficina. Pensó en eso los últimos días de sus vacaciones, mientras contemplaba la lluvia de la tarde.

Cuando regresó a su trabajo sus compañeras la recibieron con alegría.  Se sintió bien. Ni siquiera miró hacia la oficina de Leonard.

-Jennifer, ven por favor.
-Dígame jefe.
-Primero, quiero darte la bienvenida. Segundo, tengo buenas noticias para ti.
-Sobre qué?
-La compañía ha decidido ampliar sus operaciones y abrirá una oficina regional. La junta directiva está de acuerdo en que te hagas cargo de la nueva división.
-Qué?  Yo? En serio?
-Muy en serio.
-Eso es maravilloso!  Y a dónde iré?
-En principio será en el país, pero en el edificio central. Tendrás que viajar mucho. Estás de acuerdo? Es una gran oportunidad.
-Pues no sé qué decir. Yo no lo puedo creer.
-Entonces acepta. Eres muy buena ejecutiva, lo harás bien.
-Usted lo cree?
-Como que yo mismo te recomendé.
-En serio jefe? Yo le agradezco mucho. No voy a decepcionarlo.
-Confío en ti.
-Gracias, jefe,  en verdad.

Jennifer sintió tanta emoción,  era la oportunidad esperada.

-Hola Jenny. Escuché que te ofrecerían un nuevo puesto.
Por un momento, las palabras no salían. Su corazón se aceleró.
-Sí.
-Aceptaste?
-Sí.
-Bueno, te fecilito. Espero que te vaya muy bien
-Gracias, Leonard.

Ese día y el siguiente,  Jennifer estuvo ocupada con los trámites de su nuevo puesto. Olvidó que Leonard la miraba.
El día que se fue de ahí, se acercó a su oficina.
-Hola. Cómo estás?
-Hola Jenny, estoy bien. Y tú?
-Emocionada.
-Me imagino.
-Yo solo quería despedirme.
-En serio? Y crees que podamos vernos de vez en cuando?
-No lo sé, creo que estaré muy ocupada.
-Ya veo. Eh, yo quiero que sepas que te deseo lo mejor.
-Gracias. Adiós.
-Jenny
-Dime.
-Yo, eh, nada. Cuídate.
-Cuídate,  Leonard.

Jennifer salió, aunque sabía que Leonard la veía alejarse, no volvió su rostro.

La mañana siguiente se levantó temprano, miró por la ventana y vio que las flores habían crecido de nuevo. Las tardes de lluvia se encargaron de darle vida a su jardín.
Salió al patio y admiró su jardín y una mariposa sobre una de las hojas. La vio y sus ojos se llenaron de lágrimas, pero esta vez no fueron de tristeza.
Sintió como si una vieja amiga volviera y le ofreciera su perdón, a pesar de lo que hizo.
-Lo siento tanto, le dijo.
La mariposa levantó el vuelo, revoloteando sobre las coloridas flores, con la luz de un día de nuevas oportunidades.