El pasado martes 15 de diciembre las autoridades del Sistema Nacional de Protección Civil informaron del lamentable fallecimiento de un niño de 8 años de edad, debido a la gravedad de las quemaduras que le causara un producto pirotécnico conocido en nuestro país como "volcancito".
El niño se encontraba sin supervisión al momento de encender el producto y la ropa que tenía puesta se incendió. Según datos de especialistas de cirugía plástica del Hospital de Niños Benjamín Bloom, sufrió quemaduras en el 50% de la superficie corporal y en las vías aéreas. Su estado fue tan crítico que falleció 24 horas después del incidente.
Pero no solo reportaron ese caso, sino que informaron de 19 personas lesionadas por manipulación de pólvora, 15 menores de 18 años de edad. En cuatro casos hubo amputaciones de dedos. Una niña está en cuidados intensivo por quemaduras graves.
Estos hechos, que generalmente se abordan en la medida que se acercan las festividades navideñas y de fin de año, reavivan la discusión de si se prohíbe o no la quema de pólvora por la población civil.
La ex ministra de Salud, María Isabel Rodríguez (profesional de la medicina, investigadora, docente y asesora de larga trayectoria) insistió durante su administración que debe prohibirse la quema de pólvora en el país; pero hasta la fecha eso no ha sucedido.
Las leyes lo que establecen es que en caso de lesiones en un menor de edad se sancionará a los padres y madres de familia que hayan permitido que los niños manipularan la pólvora o hayan sido negligentes en la supervisión. También se establece cierto tipo de productos prohibidos a la venta, como silbadores, buscaniguas, morteros arriba del #5, bombas de mezcal, entre otros.
Pero cada 24 y 31 de diciembre en la noche siempre se escucha el sonido característico de los silbadores, lo que significa que no se cumple la prohibición de fabricación y venta.
Ante esta situación, solo se hacen llamados de atención a que los padres sean más responsables en el cuido de sus hijos, para prevenir que resulten quemados. En algunos casos, la Policía hace decomiso de productos prohibidos, en medio de la inconformidad de los vendedores.
Aunque cada año surge la discusión sobre el tema, no hay avance en la prohibición, la cual está en manos de los diputados de la Asamblea Legislativa aprobarla o no. Nunca falta quien diga que no se puede prohibir porque hay personas que se dedican a vender y es una fuente de empleo y porque es una "tradición" el quemar pólvora para celebrar las fiestas de fin de año.
Es curioso que en el país se prefiera mantener una tradición tan peligrosa, con fines de diversión, en lugar de velar por la seguridad de las familias; además de la contaminación del aire que provoca todo el humo de la pólvora.
También en interesante ver cómo se da prioridad a quienes comercian productos pirotécnicos (¿acaso lo que venden en cohetes en diciembre les alcanza para subsistir todo el año?)
Mantener la disponibilidad de pirotécnicos para la población solo "porque les gusta", "porque es bonito", "porque es una alegría para los niños", "porque es tradición" es solo una muestra de la poca importancia que le dan las autoridades respectivas a la seguridad de la niñez.
Y me parece que es una muestra de la mente retrasada que aún se tiene y que por eso la sociedad no logra progresar en otras áreas.
¿Cuántos niños más esperan que mueran y queden mutilados de sus miembros para que prohiban la venta y compra de productos pirotécnicos en El Salvador?
miércoles, 16 de diciembre de 2015
domingo, 6 de diciembre de 2015
Un café y una silla vacía
Alguien que aprecio me dijo una vez que la vida es muy corta para guardarse todo. Supongo que tiene razón, de vez en cuando hace falta abrir espacio.
No suelo decir mucho de mí misma, de mi yo interior, de la persona que piensa y a la vez filtra lo que va salir. Sí, una especie de editora y correctora de estilo al mismo tiempo.
La que está en su escritorio día y noche y se asoma a la ventana para ver lo que hay afuera. A veces sale, pero cuando lo hace no encuentra con quien conversar aunque lo procure, las agendas rara vez coinciden y no le queda más que sentarse a tomar una taza del café en medio del bullicio frente a una silla vacía. Regresa a su lugar con una mueca de sonrisa, que no importa porque nadie la ve de todos modos.
Es curioso, paso sola bastante tiempo y es tranquilo sí, relajante; pero no me acostumbro. Es difícil mantener una conversación con el silencio.
Por supuesto no falta quien diga que no hay que dramatizar, que disfrute de esta etapa, que soy dichosa, etc, etc; pero algunos consejos me suenan a reproche solo porque no tengo la misma percepción del tiempo individual.
Claro, su situación es diferente. O será que se arrepienten de algo y extrañan el silencio? No lo sé.
Lo que sí sé es que no puedo regir mi vida según los parámetros de otros, por muy buenas intenciones que tengan.
Prefiero la idea de que la vida es mejor cuando se comparte, tener algo qué contar, algo que ver, algo de qué reír y algo de qué llorar, algo por qué soñar; aunque de momento solo tenga un café, frente a una silla vacía.
No suelo decir mucho de mí misma, de mi yo interior, de la persona que piensa y a la vez filtra lo que va salir. Sí, una especie de editora y correctora de estilo al mismo tiempo.
La que está en su escritorio día y noche y se asoma a la ventana para ver lo que hay afuera. A veces sale, pero cuando lo hace no encuentra con quien conversar aunque lo procure, las agendas rara vez coinciden y no le queda más que sentarse a tomar una taza del café en medio del bullicio frente a una silla vacía. Regresa a su lugar con una mueca de sonrisa, que no importa porque nadie la ve de todos modos.
Es curioso, paso sola bastante tiempo y es tranquilo sí, relajante; pero no me acostumbro. Es difícil mantener una conversación con el silencio.
Por supuesto no falta quien diga que no hay que dramatizar, que disfrute de esta etapa, que soy dichosa, etc, etc; pero algunos consejos me suenan a reproche solo porque no tengo la misma percepción del tiempo individual.
Claro, su situación es diferente. O será que se arrepienten de algo y extrañan el silencio? No lo sé.
Lo que sí sé es que no puedo regir mi vida según los parámetros de otros, por muy buenas intenciones que tengan.
Prefiero la idea de que la vida es mejor cuando se comparte, tener algo qué contar, algo que ver, algo de qué reír y algo de qué llorar, algo por qué soñar; aunque de momento solo tenga un café, frente a una silla vacía.
miércoles, 2 de diciembre de 2015
Es grande su fidelidad
Sé que soy una cristiana mediocre, lo reconozco. Me pasa las de Marta "afanada y turbada estás con muchas cosas" (Lucas 10:41), afanada con el trabajo, con los quehaceres, con mis interrogantes, con mis decepciones y tantas cosas más.
A pesar de eso, mi Señor Todopoderoso es tan lindo que no me ha dejado, me fortalece y me ayuda; permanece fiel y cada día son nuevas sus misericordias.
Mi Padre celestial es amor y sabiduría ilimitada, que me apena tanto no corresponderle como es digno.
Pero mientras hay vida, hay esperanza. La realidad es dura y hay muchos retos, desafíos, metas, cambios, correcciones por hacer y cosas que aprender. Será costoso, lo sé, pero también sé que nada me separará del amor de Dios en Cristo Jesús.
"Y esto, conociendo el tiempo, que es ya hora de levantarnos del sueño; porque ahora está más cerca de nosotros nuestra salvación que cuando creímos"
Romanos 13:11
https://youtu.be/FZBo1jEJnb8
A pesar de eso, mi Señor Todopoderoso es tan lindo que no me ha dejado, me fortalece y me ayuda; permanece fiel y cada día son nuevas sus misericordias.
Mi Padre celestial es amor y sabiduría ilimitada, que me apena tanto no corresponderle como es digno.
Pero mientras hay vida, hay esperanza. La realidad es dura y hay muchos retos, desafíos, metas, cambios, correcciones por hacer y cosas que aprender. Será costoso, lo sé, pero también sé que nada me separará del amor de Dios en Cristo Jesús.
"Y esto, conociendo el tiempo, que es ya hora de levantarnos del sueño; porque ahora está más cerca de nosotros nuestra salvación que cuando creímos"
Romanos 13:11