viernes, 22 de mayo de 2015

Lástima que no existimos

Los caminos no se juntaron, los destinos no se entrelazaron. Tú y yo no existimos, no existe un nosotros.

Habríamos hecho historia, nuestra historia. Habría sido una experiencia maravillosa compartir lo que somos, quienes somos.

Habría conocido lo que te hace reír, lo que te hace enojar, lo que te entristece y lo que te regocija. Nuestras miradas no serían extrañas sino que serían nuestro lenguaje y sabríamos cuándo una sonrisa es una invitación a la cercanía.

La amistad habría sido nuestra cómplice para encontrar los tornillos que ya perdimos o para aflojar algunos más. Y esa sería nuestra cordura sin importarnos que el mundo diga lo contrario.

Las tardes de lluvia habrían sido nuestro punto de encuentro y las gotas al caer la música de nuestros corazones. Las caricias de mis manos habrían sido tuyas y el calor de tu pecho habría sido mío.

Habríamos compartido lo que somos, quienes somos, habríamos hecho nuestra historia; pero tú y yo no existimos. Lástima.