jueves, 30 de julio de 2015

Trata de personas, comerciando con la vida

Una oferta de trabajo que parece buena, dentro o fuera del país, puede ser solo un espejismo. En muchas ocasiones es el gancho utilizado por las redes de trata de personas para conseguir más víctimas. Prevenirlo es urgente y es una tarea de todos. 




El Protocolo para prevenir, reprimir y sancionar la trata de personas, especialmente mujeres y niños, que complementa la Convención de las Naciones Unidas contra la Delincuencia Organizada Transnacional, en su artículo 3 define como trata de personas “la captación, el transporte, el traslado, la acogida o la recepción de personas, recurriendo a la amenaza o al uso de la fuerza u otras formas de coacción, al rapto, al fraude, al engaño, al abuso de poder o de una situación de vulnerabilidad o a la concesión o recepción de pagos o beneficios para obtener el consentimiento de una persona que tenga autoridad sobre otra, con fines de explotación. Esa explotación incluirá, como mínimo, la explotación de la prostitución ajena u otras formas de explotación sexual, los trabajos o servicios forzados, la esclavitud o las prácticas análogas a la esclavitud, la servidumbre o la extracción de órganos”. Este delito puede suceder incuslo dentro del país de origen de la víctima.

Según en Informe Mundial de Trata de Personas 2014 de la Oficina de Las Naciones Unidas contra la Droga y El Delito (UNODC) “el delito de trata de personas afecta a prácticamente todos los países de todas las regiones del mundo. Entre 2010 y 2012 se identificaron víctimas de 152 nacionalidades diferentes en 124 países de todo el mundo”.

Las víctimas de trata de personas son tanto hombres como mujeres y menores de edad. “Las mujeres representan la gran mayoría de las víctimas detectadas que fueron objeto de trata con fines de explotación sexual. En lo relativo a las víctimas de la trata con fines de trabajo forzoso, aunque los hombres constituyen una importante mayoría, las mujeres representan casi un tercio de las víctimas detectadas”, explica el informe.

En América el 48% de casos es de explotación sexual, el 47% de trabajo forzoso y el 4% son otras formas de explotación. Entre 2010 y 2012 se detectó que el 68% de víctimas de trabajo forzoso eran del sexo masculino y 32% femenino.

El informe indica que en el periodo de 2010 a 2013 se detectaron 285 víctimas de explotación sexual, cinco víctimas de trabajo forzado y una extracción de órganos en El Salvador.

El 8 de junio de 2015 la Fiscalía General de la República (FGR) informó que dos mujeres fueron condenadas a seis años de prisión porque por varios meses mantuvieron cautivas y sometidas a explotación sexual a dos adolescentes de 16 y 17 años de edad, en un centro nocturno ubicado en Zacatecoluca, La Paz.



https://www.youtube.com/watch?v=4E1vIbuWJ0U&feature=youtu.be

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