martes, 19 de noviembre de 2019

“A la tierra no le gusta estar desnuda”

Don Alejandro Martínez Flamenco se detiene un poco a pensar su edad, recuerda que nació el año que terminó la segunda guerra mundial, al hacer la cuenta, son 74 años; pero lo que sí recuerda muy bien es una práctica de su abuelo: abrir un hoyo y depositar en él todo el desecho orgánico, que luego utilizaba para fertilizar sus cosechas. 

Ahora don Alejandro también produce su propio abono utilizando excremento de vaca, basura de zompopo y de maicillo y cascarilla de café, al que agrega levadura y miel para que luego de 18 días esté listo para usarse. 

Pero en su trabajo no solo aplica insumos orgánicos, también incorporó prácticas de conservación de suelo con agricultura forestal y reservorios de agua lluvia. Reconoce que tanto sol y sombra son necesarios para el crecimiento de los árboles frutales que comparten espacio en su parcela con la siembra de maíz, de cacao y arbustos. Incluso las piedras le son útiles para hacer barreras y proteger la tierra de la erosión. 

Este hombre de figura delgada pero con mucho ánimo es uno de los productores beneficiados con el proyecto de sistemas agroforestales que realizan el Fondo de Inversión Ambiental de El Salvador (FIAES) y el Comité de Reconstrucción y Desarrollo Económico y Social de Comunidades de Suchitoto (CRC), en San José Palo Grande, municipio de Suchitoto. 

“A la tierra no le gusta estar desnuda”, dice para referirse a la cobertura vegetal que se necesita para evitar que el agua lluvia arrastre la tierra y termine en el lago Suchitlán. 

El proyecto consiste en una intervención para recuperar los servicios ecosistémicos en las cuencas y cuerpos de agua del territorio. En Palo Grande se implementaron sistemas que permiten proteger el suelo y mejorar la productividad. 

“En Palo Grande tenemos 16 meses de estar trabajando, aquí tenemos 20 familias en este cantón; sin embargo, son en total 50 familias las que se están atendiendo bajo el proyecto que tenemos con CRC”, dijo Mario Montano, coordinador técnico territorial del Complejo Humedal Cerrón Grande de FIAES. 

La iniciativa es parte de un programa de restauración de paisajes, que además de buscar la reforestación del territorio salvadoreño pretende brindar herramientas para mejorar la seguridad alimentaria de las comunidades, tomando en cuenta las condiciones y el clima de la zona. 

“Hay dos formas, primero que sea una especie que sea adaptable aquí. En segundo lugar, algo que sea de rápido desarrollo, que pueda dar de comer un poco luego y de crecimiento, como es el mango panadés”, comentó Agustín Durán, miembro del CRC. 

Para don Alejandro, este es un tema en el que también deben participar los jóvenes, por lo que aprovecha estas iniciativas para compartir sus experiencias y motivar a la protección del medio ambiente. 

La visita para conocer este proyecto se dio en el marco del primer taller de Periodismo Ambiental de FIAES, Catholic Relief (CRS) y APES.


No hay comentarios:

Publicar un comentario