miércoles, 8 de agosto de 2012

El cuidado del nombre


Según Wikipedia: El nombre es la designación o denominación verbal que se le da a una persona, animal, cosa, o concepto tangible o intangible, concreto o abstracto, para distinguirlo de otros.
En la antigüedad los padres ponían nombres que tuvieran algún significado especial. Ejemplo de ello lo encontramos en la Biblia, con nombre como: Abraham, que es "padre de muchos pueblos o naciones"; Daniel, que es "justicia de Dios" y el mismo Jesús, que es "el Mesías, o el que salva".
En El Salvador, en la primera mitad del siglo XX, fue muy común que se nombrara el infante según el santo del día, el que aparece en el calendario.
Luego, con el auge de las remesas, la música y las películas, se empezaron a utilizar nombres de artistas o de otros países, como: Bryan, Jennifer, Ashley, Michael, etc.
Pero independientemente cuál sea nuestor nombre y por qué no llamaron así, casi todos cuidan su nombre.
Lo cuidamos en que no aparezca en un chambre, deuda, problema legal o triángulos amorosos o que no salga en publicado en algún medio de comunicación. 
Y por el contrario, se procura que nuestro nombre figure entre reconocimientos, créditos, elogios y toda cosa buena.
En el caso del periodismo, el reportero procura que cada nota tenga el respectivo crédito excepto en aquellos casos en que la información puede ser comprometedora.
Lo que menos se busca es que nuestro nombre se vuelva un protagonista de la información que difundimos, pero no siempre se logra.
 Tal es el caso de una publicación en que el Ministerio de Obras Públicas (MOP) declaró reserva a una información solicitada por medio de la Oficina de Información y Respuesta (OIR), como prueba documental, se publicó la carta en la que el oficial informa la resolución de reserva, dirigida a mi nombre.
Se puso esa carta para no utilizar la de la resolución hecha por el gerente de Derechos de vía solo porque en esa aparecen el apellido de una familia de muy buena posición económica. 
Luego, la Subsecretaría de Transparencia, retoma el tema y lo publica en la página de Transparencia Artiva dónde, nuevamente, se publica mi nombre como la solicitante de la información.
Generalmente, se exponen nombres de fuentes informativas o personas en casos coyunturales, ahora resultó que fue una especie de autoexposición.



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