Dado que la fase de reconstrucción de los desastres dejados por el paso de la tromenta "Ida" es una carrera contra el próximo invierno, el Ministerio de Obras Públicas (MOP) firmará esta semana un convenio de cooperación con el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).
El titular del MOP, Gerson Martínez, considera que las normas del PNUD en cuanto a licitaciones y contrataciones permitirán darle más agilidad, transparencia y eficiencia al proceso; ya que sería menos burocrático que hacerlo vía Ley de Adquisiciones y Contrataciones de la Administración Pública (LACAP).
De concretizar el convenio, permitiría al MOP disminuir los procesos de contratación en un 30%, es decir, casi un mes.
Pero el tiempo se acorta, la llegada del invierno, técnicamente, es en mayo, lo que le deja mas o menos dos meses al MOP para licitar, contratar y dar la orden de inicio para reparar 43 puentes colapsados, estabilizar laderas y reparar once cárcavas.
Claro que , según el ministro, se ha priorizado en aquellas obras más urgentes, como el puente sobre el río Acahuapa en San Vicente, el del río Huiza en el cantón Melara, el San Antonio y el Titihuapa.
Pero aún así, el tiempo es corto, y para colmo de males, el dinero también es poco. Un estudio de los daños hecho por la CEPAL dice que se necesitan $188 millones para reparar el desastre y el Estado solo cuenta con $74 millones.
Según el funcionario, en la medida que avancen las obras se puede pedir un refuerzo, pero conociendo los males que padece este país, que le den más pisto va a estar color de hormiga.
Y es que todas las carteras de Estado lo que piden es más dinero, y tienen razón porque para realizar los proyectos sociales de beneficio a la población se necesita invertir plata.
Lo fregado es que plata no hay, por lo menos en los bolsillos de la gente que es la que paga los impuestos.
Ahora en día estamos bien socorridos, como decimos en buen salvadoreño. Otros dirían que estamos hechos mi!!@%$#!&@%! con los altos precios de los servicios de agua, luz, teléfono, gasolina y la canasta básica.
No dudo que el ministro Martínez tenga buenas intensiones, sin duda tendrá el tiempo que le resta en el cargo para acabar las obras, eso si Dios tiene misericordia de nosotros y no nos sucede otro percance natural.
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