Muchos ya han escrito sus opiniones sobre el mundial de fútbol Sudáfrica 2010, y para no salirme de tono, aquí va el respectivo comentario.
La emoción del mundial se vive en toda la parte habitada del cuerpo celeste que llamamos planeta Tierra, en especial en aquel continente que tiene la oportunidad de organizarlo por primera vez en la historia del fútbol.
La inauguración fue hermosa. Sin mucho plante ni paja, apreciamos una mínima parte de la belleza cultural africana, en lo que a música y danza se refiere.
El evento significa todo un alboroto en ese lado del mundo, desde los hoteles que hospedan a las selecciones de los países participantes, hasta las casas de huéspedes donde posan los hinchas de todas las lenguas y naciones que se aventuraron a viajar a Sudáfrica para presenciar los partidos y apoyar a su equipo.
Los que se quedaron en sus tierras natales (o de residencia), seguramente están pegados a sus televisores viendo cada jugada y con el grito a media garganta del famoso ¡¡¡¡¡Gooooooool!!!!.
La fiesta del fútbol está por todas partes, hasta en el espacito de tierra llamada El Salvador. Desde los más peques hasta los más grandes comparten la emoción del mundial, sin importar sexo, afiliación política, condición socioeconómica o religiosa.
Hasta los que no somos seguridores del fútbol estamos pendientes del mundial.
Ya no digamos los comercios de comida, donde hay promociones al escoger para seducir a la afición.
Más de alguno estará contento de que varios partidos se transmitirán a medio día, porque le da chance de verlos en su casa o en un comedor a la hora del almuerzo.
Así que, este será un mes de muchas emociones, espectativas, más de alguna apuesta, llanto y alegría.
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