martes, 27 de abril de 2010

Calentamiento global nos afecta a todos

La inseguridad alimentaria en la zona costera del país es un peligro, al aumentar el calor


Salinización de los suelos y manantiales subterráneos, baja producción agrícola y reducción de la pesca, son algunos efectos del calentamiento global que ya se perciben en el país.

El calor del ambiente oscila entre los 34 º C en la zona occidental y los 40 º C en oriente. Pero, a las altas temperaturas, por efecto del fenómeno de El Niño, se suma el cambio climático.

“La tierra tiene sus ciclos vitales de vida y en esos ciclos hay calentamiento y hay enfriamiento, aumenta la temperatura y disminuye; pero esos signos vitales son distribuidos en una línea de tiempo prolongada. Son procesos naturales del planeta”, dijo Carolina Amaya, de la Mesa Permanente para la Gestión de Riesgos (MPGR).

Sin embargo, añadió que este proceso natural se ha visto alterado por la humanidad. La emisión de Gases de Efecto Invernadero (GEI), emitidos principalmente por usar combustibles fósiles, contamina la atmósfera y aumentan el calor.

Se estima que en el último siglo, la temperatura aumentó 0.78 grados centígrados. Amaya explicó que aumentos hasta de 0.5 grados repercuten en la biodiversidad.

El acuerdo de la cumbre de Copenhague de 2009 sobre cambio climático concede un aumento de calor hasta 2 º C.

Sin embargo, estudios del Panel Intergubernamental del Cambio Climático (IPCC, por sus siglas en inglés), indican que entre el 20 y el 30% de especies vegetales y animales del planeta sufrirían la extinción si la temperatura sube más de 1.5 ºC y un aumento de 1.3 º C sería mortal para los arrecifes de coral. La cadena alimenticia se vería afectada, generando inseguridad alimentaria.

Aunque aún no se llegan a estos niveles, la salinización de los suelos y las aguas subterráneas es notoria en la zona costera occidental del país, lo que perjudica la salubridad de las comunidades al no tener agua dulce para consumo.

La pesca en la Bahía de Jiquilisco disminuyó significativamente en los últimos cuatro años y el mar se ha adentrado 200 metros en la costa, al subir el nivel de los océanos por efecto del deshielo de los polos.

La MPGR pide a instituciones civiles y de gobierno elaborar planes ambientales para frenar el calentamiento global.

Piden justicia climática

Formar un tribunal de “Justicia Climática” de carácter vinculante, por la Organización de las Naciones Unidas (ONU), es una de las propuestas que surgieron en la “Cumbre de los Pueblos sobre el Cambio Climático y los Derechos de la Madre Tierra”, efectuada en Bolivia, el pasado 20 de abril.

La MPGR, participante del evento, insta al gobierno salvadoreño a respaldar esta iniciativa que busca presionar a los países industrializados para que disminuyan sus emisiones de GEI y frenar el aumento de la temperatura del planeta.


lunes, 19 de abril de 2010

Mejoran instalaciones de institutos en zona norte

Se lanzó un programa de capacitación para 500 docentes de la zona norte, en diferentes especialidades


El Presidente de la República, Mauricio Funes, junto a ejecutivos de la Corporación del Reto del Milenio (MCC, por sus siglas en inglés) y del Ministerio de Educación (Mined) inauguró, ayer, las nuevas instalaciones del Instituto Nacional de San Ignacio, en Chalatenango.

El instituto es uno de los 20 beneficiados con remodelación de infraestructura y equipo tecnológico dentro del programa de país que ejecuta el Fondo del Milenio (Fomilenio), de la MCC, en la zona norte.

En San Ignacio se construyeron cinco aulas, una cancha de básquetbol, una fosa séptica, escalera principal y de emergencia, rampa de acceso y un módulo de servicios sanitarios. La intervención está valorada en $300 mil.

En total se están invirtiendo, más de seis millones de dólares, en mejorar la infraestructura y el equipamiento de los centros educativos”, dijo el presidente Funes.

Además, Fomilenio y el Mined llevan a cabo un programa de becas para 3,600 jóvenes, de 94 municipios de la zona norte. Hasta el momento, se han asignado 1,568 becas.

Sólo en el Instituto de San Ignacio hay 45 estudiantes becados en la especialidad de Gestión en Turismo Alternativo.

“Hicimos un diagnóstico sobre las potencialidades que habían en la zona y que iban a poder tener una posible demanda. Al tener eso identificado, contratamos a una empresa que nos hiciera el diseño completo de la carrera para poder ser implementada de acuerdo a las realidades que había en la zona norte, y por eso se identificaron estas nuevas carreras en Turismo alternativo e Ingeniería civil”, manifestó José Ángel Quirós, director de Fomilenio.

El componente educativo también contempla un programa de capacitaciones para 500 profesores, en diferentes áreas. Ya se comenzó a trabajar con los primeros 34 docentes.

lunes, 5 de abril de 2010

Protección de la zona Cihuatán es urgente

La construcción de casas provisionales en la zona protegida del sitio arqueológico Cihuatán, en Aguilares, develó otra problemática que causa igual o mayor daño que el proyecto mismo: el saqueo de patrimonio arqueológico.

El área donde se pretendía construir viviendas permanentes para los damnificados de la tormenta “Ida” se encuentra dentro de las 420 manzanas del sitio arqueológico, las cuales fueron declaradas zona de protección en abril de 2007.

A simple vista, en la superficie sólo se observan cientos de rocas de diferente tamaño. Sin embargo, Paul Amaroli, investigador de Cihuatán y miembro de la Fundación Nacional de Arqueología (Fundar), explicó que se trata de las bases de las casas de los antiguos moradores de dicha ciudad.

A lo largo de la calle de acceso al proyecto, se puede observar muchas de estas piedras, algunas permanecen tal como fueran colocadas por los indígenas, es decir, en líneas formando cuadros o rectángulos.

“Si se excava una casa bien conservada, se pueden hallar piedras quemas, piedras de moler o metates, cerámica quebrada”, manifestó el arqueólogo.

Pero a medida que incrementa la población en la zona del cantón Piñalitos, donde está el sitio arqueológico, estas piedras de mueven de su lugar o desaparecen.

En algunos casos, son cargadas en camiones y vendidas para construcciones particulares; en otros, son removidas por pobladores que buscan animales silvestres como iguanas, garrobos y cusucos o para buscar piezas de cerámica.

De acuerdo a Amaroli, este es un problema que se viene desarrollando poco a poco. “Es un daño sin tractor”, expresó.

De las 420 manzanas del área protegida, 105 pertenecen al Estado y conforman el centro ceremonial Cihuatán, ahora parque arqueológico. Y 315 están en manos privadas.

En uno de los terrenos privados está una pirámide, la cual pudo haber sido un templo; y en otro se observa una plataforma elevada.

Por la cercanía de cada estructura, la zona pudo estar densamente poblada. “Era una ciudad, un barrio completo con callejones entre las casas”, indicó Amaroli.

El terreno donde se construyeron las viviendas provisionales también estaba lleno de estas estructuras, por lo que considera que fue gravemente dañado.

En los últimos años, las propiedades fueron utilizadas para pastar ganado y para siembra de caña de azúcar.

La cobertura boscosa es poca y se ve amenazada por los habitantes que buscan leña. Erica Deras, quien habita en una de las viviendas provisionales, comentó que cuando no tienen gas propano para cocinar sus alimentos, recurren al uso de leña. “Cuando no hay gas hay que rebuscarnos con chiribiscos para cocer los frijoles y el maíz”, expresó.

Los recientes daños fueron reportados por Fundar a la Secretaría de Cultura, el pasado 24 de marzo.

Alternativa

Sumar esfuerzos para proteger lo que queda del sitio arqueológico es urgente. En declaraciones brindadas a mediados del mes de marzo, tanto el alcalde de Aguilares, Wilfredo Peña, como el viceministro de Vivienda, Edín Martínez, expresaron que una solución es que el Estado, a través de la Secretaría de Cultura, compre los terrenos privados y los añada al parque arqueológico, para protegerlos.

Paul Amaroli coincide con esta idea y llama al gobierno central a que se encargue de adquirir la tierra e iniciar la investigación en la zona. De norte a sur, Cihuatán comprende cuatro kilómetros de longitud.

Normativa de Bienes Culturales

La declaratoria de protección de la zona de Cihuatán se hizo en base a Ley Especial de Protección al Patrimonio Cultural de El Salvador y su Reglamento, difundida el 21 de abril de 2007 en el Diario Oficial.

El artículo 21 del Reglamento indica que no se puede aprobar “obras de construcción, reparación, demolición, modificación, reconstrucción, ampliación o de cualquier otra forma que altere o afecte inmuebles de propiedad pública o privada que hayan sido declarados Bienes Culturales”.

Obras Públicas y las alcaldías no pueden autorizar proyectos relacionados a estos bienes. La parte final del artículo 24 dice que la entidad correspondiente en materia cultural “constantemente mantendrá informado al Ministerio de Obras Públicas y Municipalidades, de los Bienes Culturales inventariados y registrados como tales, para su debida protección”.

Por su parte, el Centro Nacional de Registros (CNR), se desvinculó de toda responsabilidad en el tema, diciendo que “no tiene facultades” para participar en la toma de decisiones para adquirir inmuebles o para conferir permisos de construcción.



FOTOS: TULIO GALDÁMEZ