miércoles, 4 de septiembre de 2019

Cinco años para la “primera palada” del by-pass de San Miguel

El presidente de la República, Nayib Bukele y el ministro de Obras Públicas, Romeo Rodríguez Herrera presidieron el acto de colocación de la primera piedra del “Periférico Gerardo Barrios”, (antes by-pass de San Miguel) este miércoles 4 de septiembre de 2019, que significa el inicio de la construcción del Paquete I, luego de un proceso de más de cinco años.

El 12 de junio de 2014 la Asamblea Legislativa autorizó al Órgano Ejecutivo para que suscribiera un contrato de préstamo con la Agencia de Cooperación Internacional del Japón (JICA) por 12,595,000 millones de yenes japoneses, equivalentes aproximadamente a US$122,579,075.43, para financiar el "Proyecto de Construcción de By-pass en la Ciudad de San Miguel".

El 30 de abril de 2015, durante la última sesión plenaria de la legislación 2012-2015, fue aprobado con 80 votos el contrato de préstamo No. ES-P6, suscrito el 20 de agosto de 2014.

El 23 de junio de 2017, el MOP notificó la adjudicación de la empresa encargada de hacer el diseño y supervisión del proyecto y la empresa que obtuvo el mayor puntaje fue el Consorcio NIPPON KOEI LAC, contrato por un monto de $11,394,874.10 y una duración de 51 meses.

El 24 de marzo de 2018, el MOP hizo el llamado público a precalificación a contratistas o firmas para la construcción. 36 empresas mostraron interés en participar y el 19 de noviembre de 2018 informó que seis lograron aprobar el proceso de precalificación de contrato para la construcción del Paquete 1, 2, y 3.

El 20 de noviembre de 2018, se lanzó la licitación LPINT No. 02/2018 para la construcción del paquete I.

El 11 de febrero de 2019 presentaron ofertas cinco empresas preclalificadas: Grupo ECON, Constructora DISA, Constructora MECO, Gabriel, A. S. Couto y Constructora Hidalgo e Hidalgo. El 3 de mayo de 2019 el proceso se declaró desierto.

El 18 junio de 2019, el MOP abrió la segunda licitación para la construcción del proyecto, que tendrá por nombre “Periférico Gerardo Barrios”.

Un mes después se realizó la recepción y apertura de ofertas para la construcción Paquete I. Participaron cinco empresas de las seis precalificadas: Constructora Gabriel Couto S.A, de Portugal; Constructora DISA, de El Salvador; Constructora Meco, de Costa Rica; Grupo ECON, de El Salvador y la empresa Hidalgo e Hidalgo, de Ecuador.

El 12 agosto se realizó la apertura de la oferta económica, tras la no objeción del JICA a la parte técnica del proyecto. En la apertura de oferta económica únicamente participaron tres empresas que cumplieron la oferta técnica: Constructora DISA, de El Salvador; Constructora Meco, de Costa Rica y Grupo ECON, de El Salvador.

El 28 de agosto se adjudicó a la empresa ECON.




Componentes
El proyecto tiene 22.27 kilómetros de longitud, inicia en la Carretera Panamericana, en desvío a Moncagua y finaliza en el sector conocido como El Papalón. Para su ejecución se dividió en cuatro paquetes.

El Paquete I es la ampliación a cuatro carriles de la Carretera Panamericana desde el Desvío a Moncagua hasta el inicio de la rotonda en la zona de El Obrajuelo. Se construirá con una inversión de $15,789,877.

El segundo es la ampliación a cuatro carriles desde este desvío hasta Hato Nuevo en la Ruta Militar, que tendrá una longitud de 9.01 kilómetros, incluye un intercambiador, 11 puentes cortos y seis drenajes y alcantarillas.

El tercero es la nueva carretera desde la Ruta Militar a dos carriles hasta El Papalón, por el kilómetro 145 de la Panamericana, también con una longitud de 9.01 kilómetros, con cuatro puentes cortos y 13 drenajes y alcantarillas.

Mientras que el cuarto componente será la construcción de los puentes sobre el río Grande Norte, de 140 metros; y sobre el río Taisihuat, de 90 metros de largo.

domingo, 1 de septiembre de 2019

Los cambios, lo que te cambia: Soltar o soltarse

Puedes ir a un río y meterte al agua un día, ir el siguiente día y hacer lo mismo, ir un mes después y entrar en el mismo lugar, y así hacerlo una y otra y otra vez; pero en cada momento, el agua que moja tu cuerpo no será la misma.

Y aunque no pensemos en eso, aún nosotros no somos los mismos de un momento a otro, ya sea por la experiencia que vamos ganando o la vida que nos vamos gastando. Un día más es al mismo tiempo un día menos.

Cada segundo, cada reflexión, cada pensamiento que cruza nuestra mente modifica algo, positivo o no; a lo mejor solo refuerza algún prejuicio o endurece el orgullo que llevamos dentro, ese que no deja mostrar nuestro verdadero rostro.

Hace algún tiempo alguien me reprochó (atrevido, por cierto) que ya no era la misma de hace siete años. ¿Cómo podía serlo?, ¿cómo creer que el tiempo pasa sin dejar efecto, que la experiencia pasa sin dejar una enseñanza, que los golpes de la vida no te dejan moretones, que las pérdidas no te dejan un hueco enorme?
Ha pasado tanto que no es posible ser la misma persona, la ingenuidad se pierde o quizá es la tolerancia la que se vuelve selectiva. Sí, selectiva, porque reproches como esos no los admito, ni doy explicaciones.

¿Cambié? Sí, cambié.

Me detengo y hago memoria de todo lo que he vivido, lo que he pasado. Mucho en poco tiempo, suficiente para saber que no deseaba gastar el resto de mi vida en lo que ya se tornaba pesado, pesado en mis pies, pesado en mi alma.
Los cambios son necesarios y llegan de todos modos.
¿Renegaré por eso? Creo que no.

A pesar de los cambios, uno a veces no suelta lo que arrastra. Ideas, sentimientos, ilusiones, deseos, sueños, planes.
¿Cuántos de esos dejé atrás?, ¿cuántos siguen conmigo?, ¿cuántos son ataduras y cuántos son liberaciones?
Ya tuve mucha ilusiones. Sentimientos que no debí guardar o que no debí dejar que crecieran. En el momento que llegaron fueron útiles, pero con el tiempo perdieron su razón.

Me detengo y pienso que pasé mucho tiempo esperando nada. No había motivos para esperar, solo una idea mía, no una realidad compartida.
Cuesta reconocer que aunque uno ponga todo su corazón y dé las mayores atenciones, no es obligación que le correspondan.

Llega el momento que tienes que soltar. Por dignidad, ya no mirar de lejos. No soy parte de sus planes, debo dejar de guardarle espacio en los míos. El corazón resiste, solo es una cicatriz más.

El futuro siempre es incierto y eso es bueno.
Hay que cambiar de nuevo. Ya es tiempo.
Gracias, Señor Jesús