Puedo mantener la serenidad, puedo guardar el secreto que mis ojos revelan todos los días; pero solo por hoy déjame hablar.
Solo hoy déjame ser débil, te prometo que mañana seré fuerte.
Solo por hoy permíteme exclamar al viento y a las estrellas el deseo de escuchar tu voz y ver tu sonrisa.
No te preocupes, no diré lo que ya sabes; pero solo hoy te pido que lo recuerdes.
Guardo la compostura, pero hoy quiero, no, necesito explotar y decir que extraño la conversaciones que quedaron pendientes de ser dichas, las miradas que se cruzan entre la multitud.
Disculpa, es solo hoy, no me reproches por mis palabras. Mañana volveré a ser la sombra, el lienzo que congeló una sonrisa eterna, el roble que el viento no ha derribado.
Solo hoy déjame ser débil, ven, abrázame con tus poemas y anima mis esperanzas con tus cuentos; dame alegría dejándome ver tus ojos y hazme soñar con tu corazón.
Solo por hoy quédate en mis pensamientos. Mañana el sueño se habrá desvanecido y te soltarás de mi mano.