Este no es un poema de amor, es un reclamo
¡Sí, señor, es un reclamo!
Es un reclamo por todas las veces que me perdí contemplando su mirada,
por todos los suspiros que se me escaparon con la brisa fresca y las tardes de lluvia,
por todas las sonrisas que se dibujaron en mi rostro recordando sus bromas,
por los saludos fugaces,
por las tazas de café que imaginé en su compañía,
por las canciones que me hicieron recordarle,
por los atardeceres que contemplé deseando sus brazos,
por las noches que añoré sus palabras en mi oído,
por los sueños que invadió y no se hicieron realidad,
porque se abrió paso como un huracán que dejó una catástrofe de emociones.
Este no es un poema de amor, no señor,
este es un reclamo por las veces que mis ojos delataron a mi corazón y usted pasó de largo.
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