El Área Metropolitana de San Salvador (AMSS) sufre las consecuencias de malas desiciones tomadas en décadas pasadas.
Desde hace algún tiempo se sabe que el sistema de drenajes es obsoleto, pero nunca se hizo nada para resolverlo. La falta de mantenimiento de las bóvedas y tuberías imposibilita a las autoridades respectivas preveer dónde habrá una falla.
En consecuencia, tenemos cárcavas en colonias populosas, megahoyos en arterias principales e inundaciones en la parte baja del AMSS.
El último percance sucedió la madrugada del lunes cuando un pick up cayó en el agujero que está sobre la calle El Tamarindo, en colonia La Joya.
Gracias a Dios no hubo pérdidas humanas qué lamentar.
Por supuesto, en una situación de esas abundaron las recriminaciones y acusaciones entre el afectado y las autoridades. El uno decía que no había señalización suficiente que advirtiera del hoyo y el otro, que el conductor no tomó las precauciones debidas a sabiendas que hay un agujero en la calle.
La raíz del problema no era si había o no señalización o si el conductor fue precavido o no. El asunto es que el hoyo no debe estar ahí.
El encargado de la obra de reparación por parte del Ministerio de Obras Públicas, dijo que se trató de una bovedilla que colapsó, la cual se construyó a mediados del siglo pasado.
La colonia La Joya y los alrededores de la Tiendona tienen décadas de existir, significa que abajo de todo ese laberinto de asfalto hay más bóvedas y tuberías de esa época que podrían correr con la misma suerte.
Lamentablemente, no existe un plan maestro que busque, identifique, de mantenimiento y repare los drenajes a punto de colapsar.
Por ahora la discusión de las autoridades y las organizaciones civiles, giran en torno de hacer ese plan maestro y en aprobar leyes que detengan el deterioro que causó el crecimiento desordenadodel AMSS.
Mientras se ponen de acuerdo, los salvadoreños tenemos que sortear toda clase de hoyos, baches, deslaves y cárcavas a diario.
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